
No me hace falta estar en Londres para darme cuenta de cuanto te quiero, no me hace falta besarte en un sitio bonito para empezar lo nuestro, mi dilema es: no importa ni cómo ni donde si no con quién y si te quiero te voy a dar un beso en Londres, en un callejón espantoso, en un sótano oscuro, en la puerta de tu casa o en lo alto de la estatua de la libertad. No tiene porqué estar el suelo nevado y hacer frío, puede hacer calor y estar los dos abrazados sin darle importancia a nada, solo a eso que ambos llevamos a flote en una barca de madera...
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