Querida Luna:
en primer lugar darte la enorabuena por dejarme besar bajo tu mirada, decirte que gracias a tu tenue luz me buscó los labios acariciándome la cara, confesarte que me encanta tenerte como aliada, como única amiga muda del mundo, tú en tu mundo y yo en la ventana de mi cuarto pensando una forma de salir de este escondite, en segundo lugar perdona si algún día no querías que le dijera te quiero estando tu presente pero mis labios se adelantaron y se lo confesé así sin más sin miedos, sin temblar, casi sin voz, pero se lo dije y él me contestó con beso en la mejilla y un estrecho abrazo que ambos recogimos en una de tus puntas, señora Luna gracias por hacer esa noche la mejor de mis días y de mis horas la mas esencial.
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